Para cada gantés suena una suave campanada del Grote Triomfante, forjada en 1660 con piezas de la histórica Klokke Roeland. De forma poética, Kris Martin le regala a cada habitante una obra de arte personalizada. Cada gantés puede elegir si quiere que su nombre aparezca en la pantalla cuando suene la campanada. Para los que prefieran quedarse anónimos, suena una campanada anónima.
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