Frío o no, desde hace más de cien años, Larmuseau suministra desde septiembre hasta marzo una buena porción de bolas de nieve.

Las bolas de nieve, un producto local, son una delicia refrescante: una nube de vainilla envuelta en una capa de chocolate puro acabado con azúcar cristalizado. 
Una bola de nieve perfecta es la que cruje cuando la muerdes y se derrite en la lengua como nieve al sol.

Hoy en día las bolas de nieve se siguen haciendo de forma artisanal, según la receta auténtica, por Joeri Pergoot.