Un paseo ver­de entre esta­cio­nes

Tenga a mano su cuentapasos y comience la ruta en la estación Gent-Sint-Pieters. Justo en frente de la entrada principal se encuentra la plaza Koningin Maria-Hendrikaplein. Los 60 plátanos dispuestos en círculos concéntricos tienen alrededor de 100 años y están protegidos. Además resultan ser útiles para proteger las bicicletas aparcadas de la lluvia.

Siga en dirección hacia el barrio de los millonarios pasando por la calle Clementinalaan.   En 1913, estos terrenos se usaron para la Exposición Universal. Tan solo quedan unos pocos vestigios de este gran evento, entre los cuales se encuentra el parque Erehof que se ha conservado hasta el día de hoy. La impresionante estatua del Caballo de Hadas Bayard y los Cuatro Hijos de Aymón data de la misma época.

El parque Citadelpark (parque de la ciudadela) debe su nombre a la ciudadela o fortaleza construida bajo el régimen holandés. Después de la demolición de la ciudadela se decidió construir un parque de paisaje inglés.  Algunos elementos de la fortaleza han sido conservados. Cubriendo las antiguas casamatas de piedra natural y de cemento, se consiguió crear paisajes rocosos y cuevas artificiales, totalmente de acuerdo a la moda de la época.

Pasee por el parque, pase por delante de los museos de bellas artes y de arte contemporáneo, y llegará al jardín botánico de la universidad. Originalmente, el jardín botánico estaba situado en el centro de la ciudad. Pero debido a la contaminación, el ayuntamiento se vio obligado a trasladar el jardín a su lugar actual a principios del siglo pasado. En él se reúnen nada menos que 10.000 plantas. El invernadero Victoria sigue siendo su atracción principal. 

No hay mucho verde en la plaza Sint-Pietersplein. Pero no se preocupe, detrás de la abadía de San Pedro, en la colina que desciende hacia el río Escalda, encontrará a un oasis oculto. El jardín de la abadía es muy popular entre los estudiantes y cuenta con un huerto frutícola, un jardín de hierbas aromáticas y un viñedo. Y sí, en la abadía se sirve y se bebe vino a menudo. Asista a una de las recepciones de la ciudad, y si la suerte está de su parte, ¡quizás incluso tenga la oportunidad de probar el único verdadero vino gantés!

En la otra orilla del río está el parque Muinkpark.  Es el único vestigio que queda del antiguo zoológico de Gante, que ocupaba una superficie de unas 5 hectáreas, es decir, aproximadamente la mitad del zoológico de Amberes. A día de hoy solo queda este pequeño parque con un estanque de patos, así como los nombres de las calles de este barrio, que hacen referencia a los animales.

El parque Koning Albertpark se encuentra un poco atrapado entre varias vías de acceso a la autovía. El parque fue construido sobre las vías de la antigua estación sur. Después de la demolición de la estación, un parque ocupó su lugar.

El parque Astridpark es uno de los parques belgas que se han construido en honor a la antigua reina. Su estatua se encuentra en la entrada, a mano izquierda. Después de la Segunda Guerra Mundial, la ciudad adquirió la mansión De Groote y su jardín adyacente. Salude a la reina y tómese el tiempo para admirar las preciosas hayas. Al fondo del parque encontrará una segunda salida, que le permite llegar fácilmente hasta el parque Rommelwaterpark (parque el murmullo del agua). Sin embargo, hace tiempo que ya no se escucha el murmullo del agua de los antiguos molinos...

En el parque Coyendanspark se plantaron setos de carpe siguiendo las líneas del plano de la iglesia de la abadía que quedó destruida.  Junto a esta iglesia verde aún se conservan las ruinas de la Abadía de San Bavón, a la que pertenecía la iglesia. En el jardín interior de la Abadía de San Bavón encontrará todo tipo de plantas silvestres que raramente crecen en un entorno urbano. Por ello, la vegetación está protegida.

Desde hace poco, los vecinos de este barrio pueden cultivar sus propias verduras en la plaza Spaanskasteelplein. Los pequeños huertos son una bonita iniciativa de la asociación de vecinos Buren van de Abdij. También se implica en el proyecto a los niños de los colegios del barrio, que se lo pasan en grande jugando a los hortelanos.

Siga paseando a las orillas del río hasta llegar a la estación Gent-Dampoort y tome el tren de vuelta hasta la estación Gent-Sint-Pieters. O mejor aún, vuelva sobre sus pasos para alcanzar su meta diaria de 10.000 pasos.