No hay que abusar, pero asistir de vez en cuando a un espectáculo de fuegos artificiales siempre vale la pena, ¿no cree? Ocasionalmente, los fuegos también retumban y brillan en el cielo gantés, aunque la ciudad se esfuerza por limitar el nivel sonoro y hacer que sean más respetuosos con los animales.  ¿Cómo lo hace? Usando bengalas más pequeñas y lanzándolas a menos altura.