Transformamos emociones a través de la tecnología para obtener bienes valiosos: la emoción se convierte en capital. Dispositivos inteligentes intentan ganarse nuestra confianza para así recopilar información. Aquí, Zoe Beloff examina adónde conduce esta evolución. ¿Los sistemas tecnológicos pueden comprender nuestras emociones? ¿Determinarán los emoticonos nuestro universo sentimental?