Explorando los antiguos y los nuevos muelles de Gante

Nos sumergimos en el rico pasado textil de este barrio nada más empezar nuestro recorrido en la calle Blekersdijk (dique de los blanqueadores). Los blanqueadores se encargaban de aclarar las telas y los hilos. Inicialmente lo hacían en un terreno destinado a tal fin, y más tarde pasaron a un proceso más industrializado en las tintorerías. Al pasear por el muelle Huidevetterskaai, dedique un momento a evocar la dura labor de los curtidores quienes, durante la Edad Media, elaboraban cuero a partir de pieles previamente desgrasadas y lavadas.
Los afiladores de Gante se concentraban en la calle Sleepstraat. Por ello, originalmente se llamaba “Slijpstraat” (calle del afilado). Actualmente, esta calle alberga numerosos restaurantes turcos.
En la plaza de la Iglesia de San Salvador, la proa del barco Rihera llama inmediatamente la atención. La Iglesia de San Salvador era la iglesia de los barqueros. Aunque es más conocida bajo el nombre de “Heilig Kerst” (Santa Navidad), que también es el nombre del barrio. Hasta 1999, los muelles donde atracaban los barcos (hoy llamados “Oude Dokken” o viejos muelles) formaban parte del puerto marítimo. A medida en que los barcos se hacían más grandes, se fueron construyendo muelles más amplios y más alejados del centro urbano.
En su día, la calle Sint-Salvatorstraat era la calle comercial más bulliciosa de este barrio popular. A los barqueros se les servía en la parte de atrás de las tiendas. Hay quien decía que los tenderos ganaban más en la parte trasera de sus tiendas que en la delantera.
El centro comercial Dok Noord está situado sobre un antiguo terreno industrial del siglo XIX. Las siguientes empresas estaban establecidas sobre este terreno:
El canal Sassevaart, construido en 1547-1549, conecta la ciudad de Gante con el río Escalda, y por lo tanto también con el mar. Es una conexión que Gante ansiaba desde hacía tiempo. En 1823, el rey Guillermo I de los Países Bajos decidió prolongar hasta Terneuzen el canal Sassevaart, que pasó a conocerse como el canal Gante-Terneuzen.
“Kapitein Zeppos” era una serie de televisión flamenca emitida en la tele belga durante los años ’60. En dicha serie, el capitán “Kapitein Zeppos” recorría los ríos y canales de Gante en su coche anfibio. Su gran aventura terminó aquí, en los viejos muelles. Después de consultar a los habitantes del barrio, el pequeño parque cerca del muelle Houtdok fue nombrado en honor a este personaje.
Se instalará un mirador en la grúa portuaria verde de la orilla oeste. Desde ahí tendrá unas vistas espléndidas sobre los muelles. El Schipperskaai, un nuevo muelle para casas flotantes, será rebautizado: “De nieuwe dokken” (los nuevos muelles) de Gante. Sogent construirá allí un nuevo barrio residencial capaz de albergar a aproximadamente 400 familias. Los muelles peatonales que rodean los viejos muelles constituirán un nuevo punto de interés.
¿Sabía que el puente Bataviabrug es una verdadera proeza tecnológica? Cuenta con una parte móvil instalada sobre unas bombas hidráulicas, capaz de subir y bajar. Esto permite a los peatones y ciclistas cruzar el puente por arriba, y a los barcos navegar por debajo.
Después del saqueo de su abadía en Doornzele (Evergem) durante las revueltas religiosas del siglo XVI, las monjas fundaron un nuevo convento en esta calle de Gante. El nombre de la calle es por lo tanto muy adecuado. Pasa por delante de los locales de Verapa, una iniciativa de la ciudad de Gante para la acogida de refugiados. El nombre de la iniciativa hace referencia a los ganteses pobres que zarparon en dirección a Guatemala en 1843. Allí, en la región de Verapaz, el rey Leopoldo I había fundado una colonia. Se había corrido la voz de que allí se podía encontrar oro. El hecho de partir en búsqueda de una vida mejor sigue siendo un tema muy actual a día de hoy.
¿Sabía que…? Ahora se encuentra en la calle Logstraat. La palabra neerlandesa “log” significa "corredera”, un aparato que se usaba para conocer la velocidad de una embarcación. Está compuesto por una tablilla de madera lastrada con plomo y un cordel fraccionado mediante nudos, que se lanzaba al mar. Esta es la razón por la que la velocidad de los barcos se mide en nudos. A continuación, los datos obtenidos se anotaban en el diario de navegación.