Estos establecimientos tienen una larga tradición. Las primeras eran puestos móviles, pero después de la Segunda Guerra Mundial llegaron las freidurías fijas. Se encuentran habitualmente en plazas y calles. Pero, como todo, el mundo de la freiduría también ha evolucionado y ahora los clientes no sólo compran para llevar sino también para comer allí.
Aparte de patatas fritas también ofrecen un gran surtido de tentempiés y salsas. Pese a ser tradicionales, están atentas a los cambios y ahora se tiene en cuenta asimismo a los clientes vegetarianos y veganos.
Quien visite Gante tiene que probar al menos una vez patatas fritas en una freiduría. En Gante se prefieren en gran cantidad y con salsa de estofado y mayonesa.
Aquí presentamos una pequeña selección de los numerosos sitios.