Jan Van Eyck es un pintor conocido a nivel mundial. Logra representar, sin esfuerzo alguno, los detalles más pequeños, las telas más elegantes y las miniaturas más diminutas de manera realista y natural. La técnica de Jan Van Eyck es única, y es lo que le convierte en uno de los pintores más famosos del mundo. ¡Admire las técnicas propias de este maestro!

Pintura al óleo

Jan Van Eyck destaca muy por encima de sus contemporáneos. Ninguno de los pintores de la época era capaz de imitarlo. Algunos sostienen que fue Van Eyck quien inventó la pintura al óleo, pero esto no es el caso. Aunque no la inventó, sí la perfeccionó y la hizo suya. Además, en sus obras se solapan varias capas de pintura. Siempre prestando atención a los más mínimos detalles, solía aplicar en los paneles al menos tres capas de pintura semitransparente, de los colores más claros a los más oscuros. ¿Le da la sensación de que el tríptico del Cordero Místico muestra cierta perspectiva? No se sorprenda: gracias a las distintas capas de pintura, Jan Van Eyck consiguió crear una sensación de profundidad.

Dibujo subyacente

Quizás sea difícil de creer, pero Jan Van Eyck no pintaba siempre improvisando sobre la marcha. Incluso los mejores maestros necesitan una ayuda de vez en cuando. Las capas de pintura al óleo cuidadosamente aplicadas esconden un dibujo subyacente. Estos dibujos de color negro carbón constituían el principio de una obra grandiosa. Así, Jan Van Eyck los habría utilizado para la realización del retrato de Arnolfini y su esposa. Parece que el dibujo del sombrero de Arnolfini fue adaptado varias veces antes de que un pincel bañado en pintura tocase el panel. Sin embargo, algunos elementos de la obra, tales como las naranjas, las perlas del collar y el perro, fueron aplicados sin dibujos subyacentes.  

Ropa

Los sastres de la época tenían mucho que aprender de Jan Van Eyck. Al realizar sus obras maestras, prestaba una gran atención a la ropa de sus personajes. Gracias a sus contactos diplomáticos, disponía de grandes conocimientos acerca de los distintos tipos de tela. Era capaz de pintar una gran variedad de telas distintas, con una atención excepcional para el detalle. Así, representó a la perfección la finísima tela escarlata, fabricada en Gante, Brujas y otras ciudades flamencas y conocida en el mundo entero. La figura divina que aparece en el panel central del retablo del Cordero Místico lleva esta tela. Imita el tejido de seda de los doseles de honor que se encuentran detrás de la Déesis del Cordero Místico usando un brocado. Se trata de una técnica relativamente nueva y compleja que data del siglo XV. Jan Van Eyck creaba relieves dorados y pintados a partir de mallas de latón que a continuación fijaba en la pintura. No solo pintaba todas las telas de una forma muy realista, sino que incluso reflejaba las costuras en la ropa de los personajes. Por lo tanto, se podría llegar a decir que Jan Van Eyck fue sastre además de pintor.

Miniatura

El talento de Jan Van Eyck va mucho más allá del perfeccionamiento de la pintura al óleo y de la representación de la ropa. Este pintor tiene, además, un excelente ojo por el detalle, y es capaz de transformar las miniaturas más pequeñas en figuras realistas. En la obra Retrato de hombre con turbante, se pueden observar hasta los pelos de la barba asomando, y en el retrato de Joos Vijd, que forma parte del retablo del Cordero Místico, se pueden observar las pequeñas imperfecciones del rostro. ¿Sabía que se especula que el Retrato de hombre con turbante podría ser un autorretrato del mismo Jan Van Eyck? Esto no solo nos permite saber que los hombres del siglo XV se dejaban barba como los “hípsters”, sino que nos cuenta la historia de un pintor con un verdadero talento por los detalles. Todos los objetos que aparecen en su obra se pintaron con una exactitud extraordinaria. .Esto demuestra que el pintor trabajaba de forma muy precisa, estudiándolo todo hasta el más mínimo detalle antes de plasmarlo en el panel.

Luz

La forma en la que Jan Van Eyck juega con la luz y la sombra es realmente sorprendente. Emplea esta técnica hasta en los detalles más pequeños. El volumen de las manos de la Virgen que aparece en la cara anterior del panel central del retablo del Cordero Místico se consigue gracias a un juego de luz y sombras. Jan Van Eyck es capaz de dar vida incluso a las figuras más estáticas. Además, es capaz de pintar reflejos en sus paneles sin esfuerzo aparente.  Piense, por ejemplo, en el retrato de Arnolfini y su esposa. Si se fija bien, en el espejo colocado detrás de los recién casados, se puede observar otro espejo en el que se ve el reflejo de la pareja, y quizás incluso el del mismísimo Jan Van Eyck.

Perspectiva atmosférica

¡Nada es imposible para Jan Van Eyck! Algunos defienden que las obras del maestro constituyen uno de los primeros ejemplos de la perspectiva atmosférica. Pinta los objetos más alejados de forma más borrosa, con colores y contrastes menos intensos, creando así la impresión de que realmente se encuentran más alejados. Esta técnica se aprecia especialmente bien en La Adoración del Cordero Místico. Las cimas de la impresionante cordillera en el panel de Los Caballeros de Cristo no están pintadas tan nítidamente como los caballeros en sí. Si desea admirar las técnicas de pintura de Jan Van Eyck con sus propios ojos, ¡no dude en planificar una visita a Gante!