Comi­da de cali­dad para todos

En mis publicaciones anteriores les hablé de algunos puntos clave de la política alimentaria de Gante. Así, la iniciativa “Gent en garde” apuesta por una cadena alimentaria corta y sostenible, así como por la comida sostenible accesible para todos.  

Bajo el lema “aquí no se desperdicia nada”, la ciudad también lucha contra el desperdicio de comida. Porque a veces, antes se llena la tripa que el ojo. A todos nos ha pasado: pedir demasiado y tener que devolver algún plato a la cocina sin terminar. Si le pasa durante su estancia en Gante, no tiene por qué preocuparse, ya que muchos restaurantes ganteses le dan la opción de llevarse las sobras a casa en una elegante cajita de cartón. Incluso se le puso nombre a este tipo de caja: el “Restorestje”. Más de 170 restaurantes de Gante participan en esta iniciativa, demostrando así que los ganteses se toman muy en serio la lucha contra el desperdicio.  

Además del “Restorestje”, Gante cuenta con varias iniciativas más contra el desperdicio de alimentos. Otra de estas alternativas son las “máquinas anti-desperdicio” repartidas por la ciudad. ¿En qué consiste? Bueno, literalmente se trata de máquinas expendedoras donde puede comprar restos de comida a precios muy reducidos. En la mayoría de los casos, las máquinas contienen sobre todo pan y dulces, los productos que más se suelen desperdiciar. Pero en algunos casos, también contienen otros tipos de comida. Hay varias máquinas repartidas por toda la ciudad. No olvide echar un vistazo si pasa cerca de alguna: ¡cualquiera puede usarlas!  

Sabemos que comer bien no es una evidencia para todos. Por ello, la Ciudad de Gante apuesta por la comida accesible para todo el mundo. Gante cuenta con varios restaurantes donde se puede comer a precios adaptados. Por ejemplo, están los restaurantes sociales autorizados. Estos restaurantes tienen la particularidad de que su cocina es un entorno de trabajo protegido, destinado a aquellas personas que tienen más dificultades para acceder al mercado laboral “normal”. Allí, los trabajadores pueden desarrollar sus habilidades y ganar experiencia laboral en un entorno que les estimula. Los restaurantes sociales no solo son sitios donde comer un plato rico, sano y sostenible, sino que también son lugares perfectos para conocer gente nueva y disfrutar de un ambiente acogedor. 

Algunos restaurantes ofrecen un sistema de tarifa social. Un ejemplo es Karoot, un restaurante cooperativo situado en el barrio Brugse Poort. El objetivo de Karoot es ofrecer un plato de comida caliente a todo aquel que acuda al restaurante. Por ello, los clientes deciden por sí mismos cuánto pagan por el plato del día. El cliente es el que hace la cuenta en función de sus posibilidades. Y finalmente, como habitante de Gante, una de las iniciativas que más me enorgullecen es el sistema de Enchanté. El simpático logotipo de esta asociación sin ánimo de lucro se puede encontrar en muchos restaurantes, cafeterías, bares y friterías de Gante. En estos establecimientos se le permite comprar un café o una comida “pospuesta”. ¿Qué implica esto? Aparte de su propia comanda, puede pedir una bebida, una comida caliente o una ración de patatas fritas adicional… Esta comanda adicional no es para usted, sino que se le entregará más tarde a alguien que de verdad lo necesita. ¡Es muy gratificante ayudar a los demás con esta acción tan sencilla y concreta!