Existen pocas formas de arte que inspiran tanto a los jóvenes como el arte callejero. Desde grandes murales llamativos hasta pequeños dibujos escondidos: en Gante, el arte callejero da color a las calles, las plazas y los parques. Así que ya es hora de hacer una ruta a medida para niños, atravesando el centro urbano.

Un paseo divertido de pocos kilómetros  

Es fácil entender por qué a los niños les encanta el arte callejero: la idea de divertirse pintando libremente sobre un muro es irresistible. En Gante, los artistas grafiteros campan a sus anchas. Desde inmensos murales de muchos metros de altura hasta pequeños estarcidos, pasando por una verdadera calle del grafiti: el arte callejero es omnipresente en Gante. Con un recorrido de 2,5 kilómetros, este paseo familiar centrado en el arte callejero es factible para los más pequeños. ¿Sus hijos ya son capaces de caminar distancias más largas? En ese caso, puede tomar un desvío para hacer la ruta más larga.  

Obras de alto nivel, grandes y pequeñas  

La ruta básica pasa por catorce obras (desde el número 1 hasta el número 14, indicados más abajo). Podrá maravillarse ante una interpretación oculta de Jan Van Eyck, un homenaje al cantante gantés fallecido Luc De Vos, una obra pintada sobre unas taquillas instaladas para personas sin hogar, y mucho más. El desvío adicional le lleva por unas diez obras más (números 15 hasta 26). Prepárese para admirar un gran mural para la organización para los derechos del niño Tzitemzo, un cuarteto colorido en la calle Wellingstraat, y una liebre intrigante en la fachada del campus de la escuela de arte Sint-Lukas.  

Cultura y comercio 

En la ruta no solo podrá admirar arte callejero. Pasará también por delante del Castillo de los Condes de Flandes, donde descubrirá otra obra de grafiti oculta (más información durante la ruta). Por el camino también se encontrará con el museo Casa de Alijn y con el Museo de la industria, ambos muy recomendables para familias. ¿Le apetece comprar algún recuerdo? En ese caso, diríjase hacia la calle Serpentstraat, donde encontrará diversas tiendas tales como Mus in een Plas y The Wonder Years, un paraíso para hacer compras con los niños.  

Y aún hay más… 

Además, la ruta le lleva por varios divertidos espacios al aire libre, tales como el parque Sluizeken, que cuenta con un pequeño parque infantil, o el parque Baudelopark, que es más grande. Al adentrarse en la calle del grafiti, pasará también por el Hof van Rijhove, un jardín medieval accesible a través de una puerta situada en la calle Onderstraat. ¿A sus hijos les ha entrado hambre de tanto caminar? No se preocupe, la ruta pasa por numerosos sitios donde comer o beber algo por el camino.  

Es bueno saber: la calle del grafiti de Gante es una zona de tolerancia, lo que significa que cualquier artista armado con una lata de spray puede dejar rienda suelta a su imaginación. Solo hay una regla: respete las obras que son mejores que las suyas. ¡Sea honesto!